jueves, 8 de diciembre de 2011

Ni colorín, ni colorado.



El pasado domingo 4 de diciembre de 2011, viví una experiencia única junto con tres compañeras más y mi profesor de psicología.


Esta experiencia fue única pues nos dirigimos a uno de los poblados más pobre y grandes de asentamiento gitano-rumano en España. Este poblado, "El Gallinero" está situado a escasos kilómetros del centro de Madrid, una clara contradicción entre el derroche y la miseria.


Este día era celebrado en " El Gallinero" como el día de los derechos del niño. Fueron muchos los colaboradores que se desplazaron a este lugar para ayudar a el poblado y crear un ambiente festivo poco general el resto del año.


He de decir que antes de ir estaba un poco preocupada por lo que pasaría al llegar a este lugar aunque dos de mis compañeras y mi profesor me dijeron como era aquello pues ya habían pasado un día con estos chicos. 


Al llegar te das cuenta que en realidad son como tú, procedemos del mismo sitio pero sin embargo ves  las contradicciones que nos separan. Nosotros vivimos en una casa decente no nos falta de nada por mucho que nos quejemos, ellos en cambio no pueden decir lo mismo pues sus casas son chabolas con ratas y sin unas infraestructuras básicas. Mientras nosotras nos quejábamos de frío, ellos están casi sin ropa y la mayoría en chanclas. Mientras nosotras pedimos un ordenador nuevo, un móvil o cualquier otro caprichoso, ellos piden comida. Mientras a nosotras nos educan que tenemos que ir al colegio y adquirir una buena formación, ellos cuidan de sus hermanos pequeños hasta que pasan a cuidar a sus hijos, ya que estas chicas tienen niños a una edad muy temprana.


Todo esto son claros ejemplos que separan a nuestra sociedad de la suya, por ello todos los cooperantes que asisten todos los días intentan eliminar estas barreras, creando escuelas donde mayores y pequeños puedan asistir a formarse y así poder cambiar su sociedad, creando columpios donde los niños puedan jugar....


Lo más importante que saco de esta experiencia es que no todo lo que nos cuentan en las noticias es cierto, vale que algunas personas de esta sociedad no sean buenas, roben y hagan daño pero no todos son así al fin y al cabo nuestra sociedad tampoco es perfecta. Por ello lo importante es educarlos para que las generaciones futuras avancen y no sean igual que sus padres y esto es lo más importante que hacen los cooperantes: educar a esta sociedad.